La autora es una apasionada de los temas
eclesiales e históricos y ha querido hacer su apreciación sobre el Papa Emérito
Benedicto XVI, fallecido en la madrugada de hoy, 31 de diciembre de 2022.
Benedicto XVI un Papa controvertido y
controversial
Nacido como Joseph Ratzinger, en una maniobra
coyuntural este cardenal alemán, que sirvió en las juventudes hitlerianas, se
convirtió, en el momento del nudo gordiano de los escándalos en el seno de la
Iglesia Católica, en Benedicto XVI, un Papa controvertido y controversial, con
una carrera eclesial que fue puesta en la picota, tanto por adversarios como
por admiradores. Y ciertamente, su vida fue un despliegue de controversias, que
se profundizaron a raíz de su ascensión al trono de San Pedro para dirigir el
conglomerado de millones de fieles repartido por todo el orbe, el 19 de abril
de 2005, diecisiete días después de la muerte de Juan Pablo II, su antecesor.
Por Claudia Fernández
Una vida signada por dos guerras mundiales, conflictos
internos que lo hicieron, en principio, ser parte del movimiento de liberalización
eclesial, que propugnaba por cambios sustanciales dentro y fuera de la iglesia católica,
y luego, a ser un férreo defensor del ultraderechismo dogmático, forman parte
del recorrido que llevó a Joseph Ratzinger a convertirse en uno de los pilares
del conservadurismo radical del catolicismo, que llevó a enfrentarlo con otros
representantes sacerdotales, como el actual Papa Francisco (.
Orador consumado, de inteligencia superior, intelectual
consumado, políglota, doctor en Teología, el que fuera Arzobispo de Munich y
Frisinga, una de las mayores diócesis de Alemania, país en donde nació la religión
protestante de Lutero, llega al solio papal en un momento álgido para la Iglesia
y sus postulados, que ya venían tambaleándose desde el Concilio Vaticano II, convocado
por Juan XXIII, en 1962, en el que exhibió sus dotes como intelectual consumado
y orador convincente.
En este momento histórico se da a conocer como un
defensor a ultranza de la reforma eclesial, posición que cambiaría de manera
radical en 1968, para convertirse en el ultraderechista defensor de los parámetros
seculares que habían sostenido a la Iglesia Católica durante siglos. El motivo
del cambio solo ha sido motivo de especulación, nadie sabe a ciencia cierta, qué
sucedió con sus creencias iniciales.
Y como de especulación se trata y se ha hablado tanto
sobre el cambio doctrinal de Benedicto, que pasó de ser parte de la nueva
corriente modernista de la Iglesia Católica, a un furibundo defensor de los
dogmas ancestrales, es preciso señalar que en el momento de su cambio de posición,
el mundo estaba pasando por una fase de guerrerismo sin precedentes, la guerra
fría, el consumo excesivo de drogas, las invasiones norteamericanas a países
del área y fuera del área (Vietnam, Camboya, República Dominicana, Nicaragua,
por mencionar algunos), así como el incipiente nacimiento de la Teología de la Liberación,
dieron paso a una reconversión de ideas, siempre especulando porque el secreto se
lo llevó consigo, volvió a los tiempos medievales.
De ahí es que quizá, siempre suponiendo, el Papa Viajero,
Juan Pablo II, el sucesor del de la Sonrisa, Albino Luciani, que solo duró 78
días como jefe de la iglesia, fuera envenenado por su política de apertura y su
persecución contra las mafias eclesiales, de las que fue víctima, decíamos, el
Papa Juan Pablo II, otorgó el cargo de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la
Fe, el equivalente al Santo Oficio, la ingrata Inquisición de la Edad Media.
Aquí
un pequeño aparte en esta historia. Como jefe de la Congregación para la Doctrina
de la Fe, imaginamos que a Joseph Ratzinger no le gustó la elección del
cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy el Papa Francisco, como su sucesor, y también
por eso se retiró pero no dejó de polemizar con este, por temas como la
comunidad LGTB, las creencias particulares del actual jefe de la iglesia, ya
que es un miembro connotado de la Compañía de Jesús (Jesuitas) una de las
congregaciones más polémicas desde su fundación por San Ignacio de Loyola
Es el preciso momento en que asume el solio pontificio,
que Benedicto XVI, comienza a recibir una serie de denuncias de diferentes diócesis
y arquidiócesis alrededor del mundo, denunciando la violación de niñas, niños,
monjas y aspirantes a sacerdotes, y se inicia la defensa de los sacerdotes
contra las denuncias, a las que había hecho caso omiso Juan Pablo II, mas no
así Juan Pablo I, que inicia el camino del fin, que dio por resultado la
renuncia papal, hecho registrado históricamente en 1294, cuando Celestino V,
Gregorio XII, en 1405 y ¡498 años después!, Benedicto XVI, quien hoy deja un
legado rico en literatura y conocimiento a la iglesia y al mundo. Urbi et orbi.
Foto tomada del sitio web https://www.marca.com/claro-mx