Atención autoridades del MINERD ¿Qué sucede en la escuela Gregorio Luperón de Villa Faro?

Profesores atemorizados, que no se atreven a hacer nada frente a los actos vandálicos de algunos alumnos. Tráfico y consumo de drogas en el patio y a veces dentro del aula, alumnos maltratados. Falta de policía escolar y un sinnúmero más. de irregularidades, por llamar así a este caos, que en eso se ha convertido la tanda sabatina de la escuela Gregorio Luperón, ubicada en el corazón del populoso sector de Villa Faro.

Por Claudia Fernández

SANTO DOMINGO ESTE.- Una dirección escolar sin autoridad, bajo el mando de Daysi, demás generales ignoradas, convierten a la escuela General Gregorio Luperón, en su tanda de los sábados en el caldo de cultivo perfecto para una desgracia, y nadie se da por enterado.
Las quejas de estudiantes, en su mayoría adultos que trabajan y tienen ocupaciones de responsabilidad durante la semana laboral, se unen a un grupo de antisociales, que solo van a este centro educativo a provocar y agredir a los demás, de acción, obra y palabra, y lo peor, todos hacen oídos sordos y mirada de ciegos a esta situación que afecta sensiblemente la calidad de la educación que reciben estas personas, inscritas en el Programa Prepara.
Nadie denuncia, nadie hace nada, es preciso que las autoridades del Ministerio de Educación tomen cartas en el asunto, para resolver esta situación que enfrentan quienes sí quieren superarse, estudiar, prepararse y lograr un título de nivel secundario y poder acceder a otros ámbitos profesionales, ya sea a nivel técnico profesional o universitario. Tienen todo el derecho.
Quieren salir del estrecho “modus vivendi” en que se desenvuelven diariamente. Y lamentablemente, el temor se convierte en un elemento que no permite hacer las cosas como deben ser.
Por qué un alumno que no estudia, pero le compra, regala o peor, amenaza, gana igual o mejor nota que quienes sí quieren conseguir un titulo de manera normal, estudiando. ¿Por qué se permite el consumo y venta de drogas en esta escuela?
Permitir el bulling, las amenazas y refugiarse bajo el alegato de que “son tígueres”, no le da derecho a la dirección escolar a mantener esta situación. Ganar un salario a costa de personas que realmente necesitan un titulo de secundaria, para no molestar al tigueraje que hace y deshace dentro y fuera de la escuela, es escandaloso.
Y lo digo con toda responsabilidad, ya que en los años 80’, fui maestra sustituta en la escuela nocturna Domingo Savio, en el corazón de Guachupita, en momentos en que las bandas querían hacer y deshacer, pero un director y los profesores no permitieron. ¿qué sucede entonces ahora? Pena y vergüenza da esta situación.

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